CRISTINA PALACIO PSICOLOGÍA

Baja autoestima

Baja autoestima

Si nunca te has parado a pensar en lo que quiere decir tener la autoestima alta o baja, este es tu sitio. La autoestima es lo que se define como el amor hacia un@ mism@ o cuánto me quiero. Dentro de esto, está el autoconcepto, autoimagen, autoconocimiento…. Y cada una de estas partes son importantes para tener un buen concepto de un@ mism@.

Diferentes partes

El autoconcepto es la idea que tenemos de nuestra persona. Es muy importante porque para describirnos usamos palabras, y no es lo mismo usar malas palabras que palabras amables para hablar de cómo somos.

Por otro lado, está la autoimagen o imagen personal. Esto hace referencia a cómo nos vemos y cómo nos describimos físicamente. La idea que tenemos de cómo somos físicamente. Esta parte también es muy importante ya que le damos una importancia excesiva y, muchas veces, la gente se confunde creyendo que la autoestima se basa solo en la imagen personal. Esto es porque, normalmente, la sociedad le da mucha importancia a nuestro físico, y eso hace mella en cómo nos vemos.

El autoconocimiento lo podríamos definir por cuánto nos conocemos a nosotr@s mism@s y nuestra historia personal. También podríamos hablar de la autoaceptación, el autorespeto, la autonomía y capacidad para hacer cosas por un@ mism@…

Alta o baja autoestima

Cuando decimos que tenemos alta o baja autoestima, hay que tener en cuenta todas estas partes y todas las dimensiones de nuestra forma de ser.

Una alta autoestima no quiere decir creerse superior a los demás, si no quererse de manera sana y aceptarse tal y como somos. Todas las personas tenemos cosas buenas y malas, virtudes y defectos, y tener una buena autoestima no quiere decir que no tengamos esto en cuenta. Si no que somos conscientes y trabajamos por mejorar aquello que podemos mejorar, mientras que aceptamos aquello de nosotr@s que no podemos cambiar.

Una baja autoestima, por otro lado, se basa en tener un concepto muy malo de un@ mism@, tanto a nivel personal, como a nivel físico. En muchas ocasiones, las personas con baja autoestima son dependientes de los demás porque no creen en su propia autonomía. Además, no hacen cosas por cuidarse y darse cariño. El autocuidado es igual de importante que el resto de cuidados hacia las demás personas que conozcamos.

Consecuencias negativas

Este es un problema que se relaciona con trastornos de salud mental.

El bajo estado de ánimo hace que empeore nuestra autoestima. En muchas ocasiones cuando tenemos bajo ánimo y estamos tristes, es más común que aparezcan pensamientos negativos, sobre un@ mism@ y sobre el mundo. Por eso nuestra autoestima se ve afectada. Pero también puede ocurrir que como tenemos baja autoestima, el bajo estado de ánimo nos afecte más. Cuando aparecen pensamientos negativos sobre nosotr@s mism@s y tenemos una buena autoestima, somos capaces de dejarlos de lado y no creérnoslos. Mientras que cuando es baja, los pensamientos negativos afectan mucho más, provocando un mayor problema en el estado de ánimo.

También está relacionado con relaciones de dependencia. Como ya hemos dicho, cuando tenemos baja autoestima, tendemos a pensar que los demás pueden hacer o decir cosas que nosotr@s no y empezamos a depender de los demás para todo. En las relaciones de pareja esto puede ser un problema si la relación es mala porque, en muchos casos, esto impedirá romper con la relación.

Finalmente, una baja autoestima está relacionada con muchos complejos físicos y con trastornos de conducta alimentaria (TCA). Esta parte de aceptarnos es más difícil para algunas personas y corremos el riesgo de desarrollar un problema de salud mental grave. Dejar de ponernos la ropa que nos gusta, no ir a la playa por vergüenza a que nos vean el cuerpo, no salir en las fotos, no querer conocer a gente nueva…. Todo esto puede ser fruto de este problema.

Consejos para mejorar la autoestima

  • Reserva un tiempo para ti todos los días
  • Apúntate a actividades que te gusten y te motiven
  • Haz todos los días una actividad de autocuidado: échate cremas, lee un libro, date una ducha larga, cómprate un capricho, escribe, pinta, escucha música…
  • Ponte todo tipo de ropa
  • Intenta hacer las tareas del día a día por tu cuenta: ir a la compra sol@, ir sol@ al banco, a pasar la ITV, tómate un café e un bar a solas, vete al cine…
  • Háblate bien: cambia los insultos y las críticas por palabras de compasión y trátate como tratarías a un@ amig@

Si sientes que tu autoestima es muy baja y que puedes tener un problemas por esto, no lo dudes. Pide tu cita online y yo te doy ese empujón!

¿Necesito ir al psicólogo?

Necesito ir al psicólogo

Muchas veces tenemos la duda, ¿es tan importante?, ¿seré yo que me quejo mucho?, ¿estaré realmente tan mal como pienso?

Mi respuesta siempre será la misma: sí estás mal y quieres ir, es porque tienes que ir.

Cada vez está más aceptada la idea de ir a un psicólogo y, por suerte, cada vez hay más conciencia sobre la importancia de la salud mental. Aun así seguimos dudando mucho, y es normal. La clave para saber si tienes que ir al psicólogo es si tienes un problema que no puedes resolver sola.

Siempre que duela, lo estés pasando mal, estés triste o nerviosa, no sepas qué hacer, sientas que necesites un apoyo o simplemente un hombro en el que llorar y no tengas a nadie con quien hacerlo, entonces necesitas ir al psicólogo.

La función de la psicología es ayudar, apoyar y animar.

También hay momentos en los que estoy muy mal pero siento que lo puedo arreglar sola, el problema es que no se arregla. Cuando tenemos enquistado un problema también podemos acudir a terapia, a alguien que lo vea desde otra perspectiva, desde fuera, y que nos ayude a tomar mejores decisiones.

Cómo en todo, mejor prevenir que curar. Cuanto antes vaya, más rápido será el proceso de recuperación, porque no estaré tan mal.

Además, hay problemas que tenemos muy interiorizados o normalizados que nos pueden hacer mucho daño y por lo que podemos ir a terapia:

  • Estado de ánimo bajo.
  • Llanto todo el tiempo o dificultad para llorar.
  • Sensación constante de estrés.
  • Insomnio o problemas de sueño.
  • Falta de apoyo (familia, pareja, amigos…).
  • Incertidumbre sobre el futuro.
  • Pensamientos recurrentes acerca de un tema que no puedo controlar o que me hace sentirme fatal.
  • Problemas en el trabajo, con la familia, con la pareja…
  • No querer hacer cosas que antes me gustaban.
  • Tener cada vez menos ganas de salir.
  • Tener miedos constantes.

Estos son solo algunos ejemplos. Es importante saber que por sí solos, puede que no constituyan un problema diagnóstico, pero quien los padece puede estar sufriendo igualmente.

Por ello, vuelvo a decir lo mismo: siempre que quieras ir a terapia, es porque necesitas ir a terapia. Puede que no haya un diagnóstico, que no tengas que tener depresión, ansiedad, trastorno de personalidad, etc. Puede que solo pase que llevas triste una temporada y no sabes cómo salir de ahí.

Por eso, siempre que necesites un empujón, pídelo.